domingo, 27 de mayo de 2012

LA FÁBULA

LA FÁBULA
Una fábula es una forma literaria que consta de un texto o narración cuyo contenido es ficticio y que tras su final deja una moraleja o enseñanza. Por lo general, una fábula presenta como personajes a objetos y animales, lo que permite obtener una mayor empatía y cercanía con los niños, a quienes se encuentran generalmente dirigidas las fábulas.
Teniendo en cuenta de que las fábulas se encuentran orientadas a la enseñanza de niños pequeños, es que resulta indispensable que se trate una historia breve con personajes que capten su atención y la mantengan durante algunos momentos. Debido a lo anterior, es que lo usual es que los personajes sean animales, en cuya interacción se narra una historia en la que las temáticas en torno a los valores es lo central, a fin de poder inculcarles aspectos valóricos positivos de una forma didáctica y entretenida.
Como es posible intuir, la utilización de las fábulas resulta ser una herramienta educativa bastante eficaz. Es por esto que es de suma importancia que los profesores o educadores de niños pequeños se preocupen de tener una preparación adecuada en torno a las actividades literarias que se pueden realizar en torno a las fábulas, ocupándose siempre de poner especial énfasis en la enseñanza final o moraleja.
A partir de las fábulas no sólo se fomentan los valores en los niños, sino que se permite también el desarrollo de aspectos tan importantes como la imaginación y de habilidades relacionadas a la creatividad, la expresión, la reflexión y la comunicación, entre otras. Además, las fábulas se presentan como una buena excusa para comenzar a fomentar la lectura y todos los aspectos de la literatura desde edades bastante tempranas, haciendo uso de sus atractivos personajes y sus llamativos contextos e historias, mostrando la lectura no sólo como una fuente de conocimiento, sino también como una fuente de placer.

LA HORMIGA Y LA CIGARRA

Cantó la cigarra durante todo el verano, retozó y descansó, y se ufanó de su arte, y al llegar el invierno se encontró sin nada: ni una mosca, ni un gusano.
Fue entonces a llorar su hambre a la hormiga vecina, pidiéndole que le prestara de su grano hasta la llegada de la próxima estación.
-- Te pagaré la deuda con sus intereses; -- le dijo --antes de la cosecha, te doy mi palabra.
Mas la hormiga no es nada generosa, y este es su menor defecto. Y le preguntó a la cigarra:
-- ¿Qué hacías tú cuando el tiempo era cálido y bello?
-- Cantaba noche y día libremente -- respondió la despreocupada cigarra.
-- ¿Conque cantabas? ¡Me gusta tu frescura! Pues entonces ponte ahora a bailar, amiga mía.
Moraleja.
No pases tu tiempo dedicado sólo al placer. Trabaja, y guarda de tu cosecha para los momentos de escasez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario